jueves, 17 de octubre de 2013

Y sin risa no seríamos...

Sin risa, sin ocurrencias, sin chistes flojos, sin felicidad, sin palabras de amor, de fuerza; sin palabras de ánimo y de admiración no seriamos los Rincón, bueno unos Rodríguez Rincón, otros sólo Rincón, que al final no importa, porque somos los de Blanca Hilda, los de la Guerrera Valiente.

Hoy tuve una hermosa reunión familiar un tanto particular, gracias  al avance de la tecnología que tanto me atropella (lo confieso), leímos, cantamos, lloramos y reímos, reímos, reímos; y nos fortalecimos y nos  unimos desde la distancia, sí, un oxímoron, nos unimos, y reímos.

Extrañaba esas reuniones con ustedes mis hermanos y usted madre mía, con mis cuñadas;  las que con un humor hablamos de todo y de nada pero siempre con una conclusión: Somos una familia que se ama y se fortalece, y es feliz en cualquier situación, y se une, así sea desde la distancia.

Y sin la risa no seríamos...

martes, 18 de junio de 2013

¡Tomémonos un tinto, seamos amigos!

El título hace referencia al slogan publicitario de una marca de café colombiana muy reconocida,  todos los de mi generación crecieron escuchando en la radio este comercial, y viendo al granito de café como cambiaba su aspecto a un excelente grano de café, gracias a la magia de un hada. Este slogan ha sido referencia en muchos hogares colombianos; incluso, en casa lo usábamos para amistarnos en forma jocosa con mis hermanos, luego de alguna pequeña pelea.

El café en mi tierra es signo de reunión familiar, de trabajo, une amigos, amores, es un motivo para conocer personas; para estudiar, para socializar y hasta para dar un adiós a un ser querido. El tinto es un café. En algunos lugares lo hacen con panela[1] y canela, según la región.

En casa cada mañana mi mamá nos despertaba con un tintico (el mejor), no era lo mismo levantarse de la cama sin ese delicioso sabor de café en la boca, daban ánimos para ponerse en pie y empezar el día. No puedo dejar de contarles que es imperdonable no  ofrecer un tinto a las visitas, es casi de mala educación; colombiano que se respete sabe hacer tinto. Son recuerdos que me inspiran para escribir, y recordar lo que hace un café, pero más lo que hace una familia usando como excusa el famoso tintico.

Hace poco una de mis mejores amigas se graduó (recibió) de magister de la Universidad Austral de Buenos Aires, en la ceremonia uno de sus profesores daba las palabras de clausura (casi una cátedra de comunicación) fueron algo densas, pero lo que rescaté de toda su oratoria, fue la mención que dio de mi país como país hospitalario. Enfatizó en lo cálido que fue para él visitar Colombia y sentir que estaba en su casa.

Durante años pensé que solo mi mamá era una mujer con un gran corazón y con un espíritu de servicio, y es así, pero también hoy, desde otro contexto puedo ver que es una virtud del colombiano, es casi una necesidad hacer sentir a las visitas o al forastero como en su propia casa, brindarle un poco de comodidad y calor de hogar.

Los amigos del alma, los amigos amigos, son como casi hermanos, cuando van a casa (siempre sin avisar) algún miembro de la familia usa algún aforismo como: “échele más agua a la sopa que llego pepito”, o si llega a la hora de la comida “lo quiere la suegra”, “donde comen dos, comen tres”; entre otros. Ya es normal que se les encuentre en casa visitando así no esté el amigo, porque saben que si llegan a la hora que sea serán recibidos como en su propia casa.

La mayoría de veces las segundas o terceras citas con un chico (por lo menos en mi generación) eran en la casa acompañadas de un delicioso café, viendo fotos y escuchando la música preferida de los dos, con la media tarde (merienda) hecha por la mamá y los cometarios de fútbol de los hermanos o el padre. Lo anterior suena algo incomodo, pero  no sería igual sin esas miradas, tomadas de mano y besos casi a escondidas.

Días atrás conocí a la madre de un amigo colombiano que vive acá en Buenos Aires y vino a visitarlo; ella entre otras cosas, me dijo algo que hace mucho no escuchaba y que fue para mis oídos, lo que pudiera ser para mi paladar un ajiaco [2]: “¿Y cuándo va a Colombia?, cuando vaya, por allá la espero en la casa, será bienvenida”; esa frase es muy colombiana y muy  de madre, así que por unos segundos me transporté y sentí un olorcito a casa. Seguro que si voy a visitarla me recibirá con un delicioso café en pocillo. Cuando se vive lejos del hogar de origen, hay cosas más allá de lo material que hacen falta.

Para mí, el café se ha convertido en una herramienta de conquista, una herramienta para dar a conocer parte de mi tierra, de mi cultura; un orgullo con aroma y textura que por suerte aún conservamos. El café es un tema de conversación y la pauta para hablar de Colombia, de sus paisajes, de su gente, de su comida, de lo que significa para mi,  ser colombiana.

Cualquier excusa es buena para hacer amigos; y el café es la excusa perfecta.


¡Tomémonos un tinto seamos amigos!


martes, 21 de mayo de 2013

En el país de la Pasión futbolera


En el país de la Pasión futbolera

Referencia.
Definición de Pasión que da la Real Academia de La Lengua Española LAREA
La pasión (del verbo en latín, patior, que significa sufrir o sentir) es una emoción definida como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto. Así, pues, la pasión es una emoción intensa que engloba el entusiasmo o deseo por algo. El término también se aplica a menudo a un vivo interés o admiración por una propuesta, causa, actividad, etc. Se dice que a una persona le apasiona algo cuando establece una fuerte afinidad, a diferencia del amor que está más bien relacionado con el afecto y el apego.

Acercamiento.

Antes de venir a La Argentina, ya sabía que era un país en el que el fútbol es un tema de gran influencia en sus habitantes; una gran pasión (en Colombia también aunque la pasión de algunos hinchas en un tanto proteica, según la situación de su equipo), aunque, nunca imaginé qué tanto.
Estudio con chicos y chicas amantes del fútbol, estoy rodeada de amigos que viven fútbol, éste deporte ha sido fuente de inspiración para muchos directores  de cine argentino y del mundo, entre ellos Colombia; así es muy difícil que no me quiera empapar del tema, aunque no sea mi pasión, pero es muy interesante hablar con ellos y ver en sus rostros tantas ganas de jugar, tantos deseos de ir a la cancha, de sentir los 90 minutos como los últimos de su vida.

Pequeñas crónicas:

Claudia

Junio del 2011, Buenos Aires-Argentina, me encontraba en casa con Claudia, mi compañera de facultad realizando un trabajo para historia del periodismo, ella se sentía un tanto inquieta, enfadada, ansiosa; veíamos el partido (al cual ella no pudo asistir por casusa del TP de periodismo) en mi televisor un tanto arcaico. Yo sabía que ella era hincha del River Plate, lo que no sabía era con qué intensidad. Tristemente ese día River bajó a la B contra Belgrano de Córdoba, la situación hizo que Claudia no asistiera a clases al siguiente día, y que de sus ojos cayeran lagrimas de dolor por su River del alma.

Claudia es hincha de River desde pequeña y socia del club  hace tres años; fue por primera vez a la cancha en noviembre de 1997, cuando tenía 15 años, River ganó 2 a 1 frente al Club Atlético Newell's Old Boys.

“Subí las escaleras muy rápido, cuando llegué a la tribuna no lo podía creer, casi me pongo a llorar; fue el día más feliz de mi vida”, me cuenta con una sonrisa que casi se sale de su cara. Se llevó todo lo referido a un carnaval, porras rojas y blancas, papel picado, ah, y un anotador; cuando la mujer guardia de seguridad le pregunta para qué el anotador, ella le explicó: “por si algún jugador me firma un autógrafo”, esto lo cuenta riéndose piensa que en ese momento era muy inocente, pero luego aclara, “River es mi pasión”.  

Eli

Septiembre 2012, Buenos Aires, Argentina, entro a su cuarto y lo primero que veo es una camiseta del Club Atlético Boca Juniors firmada por algunos jugadores, sigo y veo su cubre cama, posters, (un montón de libros, y libros, casi no se puede caminar por su cuarto, son muchos libros), bufandas y camisetas de uno de los equipos grandes de Buenos Aires Capital. Ella  es hincha del Boca desde pequeña, al igual que su padre y su hermano, son socios del club y seguidores de éste con ahínco. Va a la cancha desde muy chica y habla de cada jugador y técnico con tanta propiedad que asusta.

Eli no es sólo hincha del Boca Junior, ella es hincha del fútbol, ama el fútbol como lo amaba su abuela materna, una mujer con un estilo particular, hincha del Boca en contra de todos sus familiares.

La pasión también tiene sus matices, y en el caso de Eli ha cambiado su color, Boca sigue siendo su equipo del alma, parte de su vida y de su profesión. Una vez que comenzó a estudiar periodismo cambio su visión respecto a la pasión sobre el fútbol, la dejó en algo más racional.

Aun así, cuando le pregunté qué era para ella Boca, esto me respondió: “Boca  es una pasión que pocos comprenden, un amor que no se compara con ninguno. Esa emoción que te agarra cuando caminas por las calles de La Boca con tu gente, tus hermanos. La irracionalidad de abrazarte con el primero que tengas al lado cuando gritas un gol. Extrañar los colores cuando no podés ir a la cancha. El pulso acelerado de un penal por patearse. La indecisión por creer o no en las cábalas.
Boca es mi vida, aún ahora cuando trabajo en el mundo del deporte. Boca es mi amor, por Boca he dejado familia, amigos, novios. Boca fue mi primera palabra y seguramente también sea la última”.


David

Junio del 2012, domingo, La Plata Argentina; yo hablando, hablado y hablando (como tengo por costumbre) con mi amigo David, al fondo se escuchaba la narración de un partido de fútbol; Inglaterra Vs Italia (Penales). Por un momento mi amigo se quedó cómo sin aire, en la sala se oía un Goooooool, él me miraba desesperado, yo bla, bla ,bla, bla; él quería salir corriendo, yo bla, bla, bla, bla. El rostro de David cambió de colores, yo hablaba cetáceo. Rápidamente hizo un alpin pause, me dejó y salió a ver el gol.

David es colombiano, hincha de Millonarios uno de los grandes equipos de fútbol de Bogotá. Compró acciones del club (estrategia de Millonario Fútbol club  para salvar al equipo). Como muchos hombres, soñó con ser futbolista, supongo que uno de los mejores.

En mi vida en Colombia conocí a hombres que aman el fútbol (mi hermano Alfredo desayunaba, almorzaba y cenaba fútbol, hacia unos goles maravillosos en sus sueños…hasta caerse de la cama),  de hecho nos catalogamos como el país del sagrado corazón de Jesús, reinas y fútbol; pero nunca conocí antes un hombre que lo amara tanto, para David es parte de la vida, es una forma de concebirla, en una escala de importancia es lo más importante de lo importante.

El año pasado Millonarios quedó campeón de la Liga Postobón, y sumó su estrella 14, lo cual generó mucha felicidad en él y en muchos hinchas. La felicidad fue extrema. Nadie puede explicar con palabras lo que hace a un hincha, es algo que se siente y ya, es sólo de sentir; como escribió alguien en un blog (http://mascausasjustas.wordpress.com/2012/12/17/por-que-seguir-amando-el-futbol/)  que llamó la atención de David: La felicidad de los seguidores al ver su equipo ganar, en un contexto que quizá hayan tenido un día no tan bueno, o peor, una vida no tan buena, y que así sea por un rato su vida sea más linda. Ver a los amigos felices por la felicidad del hincha así no sean del mismo equipo, y en entre otras o entre más…ver la vida con una enorme sonrisa, “sólo” porque el equipo del alma ganó una copa, sumó una estrella más y materializó el sueño de muchos.

“Lo que realmente me haría feliz en la vida, es trabajar en algo relacionado con el  fútbol”-dice David con una sonrisa en sus ojos claros, casi azules, como el azul de Millonarios-.


Petruccelli.

Noviembre de 2012, 10:00am, desayuno en Mac’donals  Buenos Aires, Argentina. “Che sofi, qué ganas de estar jugando a la pelota. Si me dicen que debo madrugar a cualquier cosa, me da una fiaca (pereza) pero si me dicen que debo estar listo  a las 5:00am  para jugar a la pelota ni lo pienso, sabés…me levanto con ánimo”.  

Para él es inconcebible no ir un sábado a jugar a la pelota, es un sacrifico realizar otra actividad en las horas que él tiene para jugar. Al igual que la música (Guitarrista en Labustrina-espacio publicitario-)  leer, el cine, el fútbol son su pasión; éste la último, su mayor pasión.

En las prácticas de radio, en nuestras juntadas, en el subte, en los correos que nos enviamos con los chicos de la facultad respecto a lecturas o lo que sea; siempre, sin falta, Petru, habla sobre fútbol, Messi y obvio sobre el Independiente Avellaneda.

Habla de Messi con tanta furia, con tantas ganas, con tanto orgullo de ser argentino y que sea “el mejor de los argentinos- futbolista-”, como cuando habla  Cristina Fernandez de Kitchner, a quien ama como a su madre, la de él.

“No es que la vida sea sólo fútbol es que el fútbol es la vida”

Cine

Aun estando en Colombia había visto algunas películas relacionadas con el fútbol como “El camino de san Diego”- del director Carlos Sorín,  o la película chilena “Mi mejor amigo” dirigida por Alex Bowen o  “Pelota de trapo”, dirigida por Leopoldo Torres. El último film que vi sobre el tema del fútbol, (Villa, dirigida por Ezio Massa[1]) dejó en mí una sensación de una realidad que si bien la veía, no la había sentido. Mi percepción al respecto era neutra. 

Hoy tengo otra visión sobre el fútbol y la cultura argentina. La pasión argentina por el fútbol, trasciende límites, ya sea familiar, sentimental, social y hasta racional. El insertar en el cine el tema del fútbol como hecho social ha permitido una corroboración de lo importante que para algunos es éste deporte, lo que la esférica logra hacer en familias, individuos, empresas, ciudades, entre otros. Lo que se puede hacer por amor al fútbol, todo puesto en escena con mucho de subjetividad, por supuesto.


Sentir

No es gratis que hoy se haya incrementado en mí una suerte de seguir más de cerca a mi equipo de fútbol América de Cali, no soy apasionada con el tema, no es mi pasión; pero ahora veo con más convención éste deporte, entiendo la felicidad de los hinchas y puedo compartir con Lio, Petru y Mati la idea de ir a la cancha del Club Atlético Independiente (equipo adquirido en Argentina, por amor a mis colegas).

La pasión, la alegría del Gol, la locura del fútbol; es algo indescriptible. Ver llorar a un hombre es un momento único, he visto lagrimas de felicidad y de tristeza por fanáticos (hombres y mujeres) futboleros; respiran fútbol, el amor les sale por los poros y despliegan un aroma que invade y atrapa, incluso al más escéptico en el tema.

Creo en la sana pasión y lo ideal sería que así fuera, sano, deporte y buen juego. Todo depende de la persona que lo profesa, así que no se debe generalizar cuando hay violencia, más bien se deben rechazar los actos violentos con actos de civismo y ejemplo.

Fútbol: Es algo así como sentir mariposas en el estomago cuando un individuo se enamora. Se comparte, se sufre, se vive, hay desilusiones y alegrías y se promete amor hasta el final de los días.

Una pasión más en el país de las pasiones, ésta, la pasión futbolera.

martes, 26 de marzo de 2013

Hablando del “mes de la mujer”

Durante la semana antes del ocho de marzo, fecha en el que se celebra mundialmente el día de la mujer, pensé en tantas cosas para escribir respecto a  las mujeres, pero realmente eran tantas ideas que rondaban en mi cabeza, que decidí dejarlo de lado y hacer caso omiso, pensé que no debía revolver papas con yucas (mandiocas) como tengo por costumbre, pero, ¿qué será de mi sin mis revueltos, qué sería de mi sin hablar de lo que veo, siento y escucho?

Este texto tendrá diferentes situaciones a las que nos enfrentamos las mujeres, porque para nadie es un secreto, ni descubrí que el agua moja; sí, que callamos y que eso nos hace tontas, tristes y muy vulnerables.


En el día internacional de la mujer, leí y escuché mucho sobre lo grandiosas que somos: inteligentes, luchadoras, bellas, emprendedoras, tiernas, únicas, las mejores. Y sí, somos eso y mucho más, no hay calificativo que alcance para describirnos.

¿Celebración?

El día internacional de la mujer se ha venido celebrando sin falta cada 8 de marzo desde 1977, aunque se había comenzado a conmemorar desde 1910. Lo que buscaban estas mujeres era una igualdad en su condición tanto laboral como en su desarrollo personal; educación, derecho al voto, a un salario digno de su trabajo, etc. Hoy en la celebración del día, parece que las mujeres buscan un alud de besos, felicitaciones, regalos, entre otros. Y pobre de sus amigos, novios o esposos si no se acuerdan de 
felicitarlas como mínimo . La celebración se ha convertido más en una fiesta comercial, olvidando todo lo que por objetivo tenía. Será que las abanderadas en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhage (Dinamarca)  en agosto de 1910, querían sólo que les felicitaran y les dieran flores, qué diría Clara Zetkín sobre el tema?

Soy una defensora de la mujer, llámenlo solidaridad de género o como sea, (palabras de un conocido) amo ser mujer, y tener el cuerpo que tengo, la mente que tengo, las capacidades y saber que no soy sólo linda, es decir; ser mujer es el privilegio que me dio Dios, es la responsabilidad y la alegría a la que fui elegida. Ser mujer tiene el mismo valor que ser hombre. No culpo a nadie de la situación que han vivido las mujeres durante siglos, más bien pienso en todo lo que nosotras hemos permitido, ya sea por miedo, ignorancia, tradición, o simplemente por ser pasionales y sentimentales. Lo que importa es que aún seguimos en pie de lucha para: tener una igualdad respecto a derechos, al valor íntegro personal y sobre todo a un trato con respeto como a cualquier ser humano. No se trata de ser iguales a los hombres (amo ser mujer, femenina; mujer), pero sí ser un equipo, los hombres y las mujeres, sí, así, un equipo por algo poseemos características tan diferentes, tanto físicas como emocionales y sentimentales, no menos, no más.

El día de la mujer es para conmemorar a todas estas luchadoras por nuestros derechos, recordar que muchas de ellas murieron por la causa. También es para recordar que aún nos queda un gran camino, que debemos seguir alzando nuestra voz de protesta por las injusticias a las que somos víctimas. Recordar a las niñas que son obligadas a trabajar en la guerra, a las que son explotadas sexualmente, a las mujeres que son víctimas de violencia intrafamiliar,  a Rosa Elvira[1]; incluso a nosotras mismas desde cada situación en la que nos encontremos. No intento ser una feminista o declarar una guerra a los hombres, eso nunca, es más me encanta esa protección y compañía que ellos nos ofrecen. Quiero que nostras las mujeres no olvidemos que la lucha no es sólo de un día, que el amarnos y pensar en nostras es de ayer, de hoy y de mañana. Dijo como cliché un amigo: “El día de la mujer es todos los días” pero sacándolo de ese contexto, sí, es así, es todos los días.

Mi cuerpo es sagrado

Hace poco dos de mis mejores amigas, me contaron historias de sus vidas que durante muchos años fueron unas legítimas pesadillas, lo han guardado en sus mentes y en sus tristes recuerdos porque cuando intentaron hablar las callaron, no creyeron en sus palabras de niñas. Así que se convirtieron en vulnerables, ¿por ser mujeres?, ¿por ser niñas?, ¿porqué les tocó? La terrible situación de ser violentada(o) sexualmente ha sido durante siglos una tortuosa situación que han enfrentado niñas, niños, mujeres y hombres. Hoy las cosas no ha cambiado, vemos cada tanto noticias sobre la violencia sexual y hasta asesinatos de miles de mujeres y de niñas, ya sea por un extraño, un amigo, un familiar, padrastro y hasta por sus propios padres. Cuando hablo de violencia sexual, también hablo de caricias in apropiadas, besos, juegos que llevan a comportamientos sexuales, etc.

Al hacer una mirada hacía la “evolución” del humano, podemos dar cuenta que los comportamientos de algunos “hombres” son los mismos que hoy se ven. Odas con un macho, con un poder del hombre sobre la mujer, un poder sin control. Se destacaba éste personaje porque de él dependía la supervivencia de la mujer; claro que este macho que ya sabemos era dominante se alimentaba primero, y siempre “merecía lo mejor”.

La mujer siempre fue objeto sexual y en servicio de la reproducción y cuidado de la familia, sin derecho a opinión; de hecho el mismo Picasso pintor y escultor reconocido por su movimiento cubista, y como el más grande artista del siglo XX;  pintó una serie de cuadros en que expresaba un sexo machista al extremo, en el que las mujeres son usadas sólo para el goce del hombre, donde la mujer no obtiene placer, está ahí para deleite y sometimiento de los caprichos de su “hombre” , en la mayoría de imágenes ella aparece postrada en símbolo de adoración al “macho todo poderoso”; es así como lo describe Mario Vargas Llosa, en su libro “La civilización del espectáculo”.

La mujer es un ser humano, esto lo voy a repetir siempre porque parece que a algunos se les ha olvidado. La mujer piensa, la mujer siente, más o con mayor intensidad; pero siente, la mujer es sabia, sí, sabia, es autónoma, la mujer tiene la capacidad de ejecución y de desarrollo. La mujer tiene un cuerpo, ese cuerpo es sagrado, la mujer decide sobre él.

Martina (Crónica)

Un domingo, teatro Espacio INCAA Km 0 Gaumont, Buenos Aires, Argentina. Estaba yo esperando para entrar a ver una película argentina, se sentía un clima espectacular y una noche de esas que quieres encontrar, ver o experimentar algo bueno. Una mujer de edad (abundan en esta ciudad) se acerca y me pregunta qué película se proyectaba, le conté. Ella se sentó a mi lado en el andén (vereda) y me dice: “Yo fui una bruta, me hubiera casado con Jorge, no estaría sola y buscando un cine barato”. La miré como-¡dime más!-Me miró y entendió mis ganas de escucharla.

Martina es una mujer de 63 años (creo que más, pero esa fue la edad que me dio), linda, con su rostro maquillado, bueno…mal maquillado, el hermoso labial color coral que tenía en sus labios recorría las diminutas arrugas de éstos, sus pestañas largas y con la pestañina (rímel) en su parpado, vestida de blanco y fucsia y tacones dejando ver sus píes. Martina comenzó a contarme la historia de su vida con una voz pausada y baja. “Yo tenía una cinturita y unas piernas hermosas” -me dice- con un tono y una mirada coqueta; la miro y me transporto.

Su historia fue algo rara, en realidad no sé si ella tenía muy buena memoria o una gran imaginación, lo que sí sé es que cada palabra, cada descripción, cada recuerdo me lo contaba con la mirada, y con muchas ganas de ser escuchada. Quedó viuda muy joven con una nena de 4 años, por suerte logró obtener la pensión de su esposo, con el primer pago puso una papelería (librería), vivió de eso durante toda su vida. Un día conoció a Jorge y se enamoró, él era dueño de una cadena de farmacias, la principal se encuentra en la Av. Rivadavia, en Plaza Once. Ella empezó un romance con él, una promesa de matrimonio un anillo de brillante con platino, me cuenta que la piedra era del tamaño de un garbanzo, pero hervido. Él le prometió bajarle la luna y las estrellas. Ella pensó en su hija. En resumen no se casó.

Entramos a ver la película, yo pagué 8 pesos, ella mostró su identificación de discapacitada, Martina tiene Hidrocefalia, pero está operada así que ya se maneja muy bien. Nos divertimos mucho en el cine, reímos, nos sorprendimos y hasta nos asustamos en una escena de tiroteos. Al salir del cine me mira y me dice: “Vos pensás que yo estoy loca, pero no, yo soy feliz, sola pero feliz, porque si me hubiera casado con Jorge es probable que no hubiese venido hoy a cine y no me habría divertido y emocionado tanto”. “Lo que es del agua, se lo lleva el agua”.

Martina aún, piensa en lo que pudo ser y en lo que no pudo ser, pero llega a la conclusión, que vivió su vida, pudo amar al padre de su hija y hoy ve cine barato, cine que la divierte y culturiza.

¡Dilo!

Algo que nos caracteriza a las mujeres es no saber decir lo que queremos, sentimos y pensamos, esto para todos los casos, creemos que los demás piensan igual que nosotras y que por ende nos deben entender; así que las consecuencias son frustración y desanimo. Sin hablar de esos días en que nuestras hormonas nos hacen mujeres fluctuantes y somos insoportables, no soportamos ni a nuestra sombra. Somos seres muy sentimentales y pasionales, de hecho la mayoría crecimos viendo las películas de Disney, dañinas películas de princesitas en las que todo era color de rosa, en que existía un príncipe que más bien parecía brujo porque leía la mente y sabía exactamente qué hacer y cómo comportarse ante su amada.

Pues no, los hombres no saben leer la mente, incluso muchos no saben leer las miradas ni nuestras medidas desesperadas para llamar su atención. Muchas veces queremos un abrazo de nuestra pareja y pretendemos que él lo haga por iniciativa sin pensar que posiblemente él tiene su cabeza en cualquier otra cosa (fútbol por ejemplo). Debemos pedirlo, con el tiempo ellos probablemente lo hagan sin que lo  solicites.

También tendemos a callar las injusticias pensamos que tenemos la culpa y justificando al agresor, con eso lo único que  logramos es que sigan sucediendo esas hechos y nunca paren. Al hablar podemos ayudar a otras mujeres para que también hablen o no sean víctimas de las mismas agresiones.

Mujeres no somos culpables de nuestra condición de género, de tener senos y vagina, de tener caderas y ser bellas, no somos culpables; así que no hay que callar. Hoy podemos encontrar muchos centros de atención a víctimas de violencia sexual, en los que nos pueden proteger y aconsejar, hoy aprendí que una agresión sexual se puede denunciar e investigar no importa el tiempo que ha pasado, porque son casos que no se cierran. Di lo que sientes, piensas y quieres, siempre es mejor hablar a tiempo y no cargar con cruces o frustraciones, creer que eres una incomprendida o que no te aman.


Nota: agradezco a todos los que me saludaron y dieron flores, me gustan los halagos y las flores. Digo en voz alta, lo anterior no significa que dejen de saludarnos el día de la mujer, también hace parte de la conmemoración.


sábado, 23 de marzo de 2013

Beso otoñal.


Sólo bastó una mirada, para creer de nuevo en la humanidad, en su belleza y sinceridad.

Una sonrisa se agitaba en su cara, sus ojos rasgados y puros vieron con amor a los míos;

ella tocó mi panza- ¿sabía que me dolía?- ella abrazó mi cintura y me llenó de besos.

Fue el abrazo perfecto, sincero, llenitico de amor; fue el abrazo.

Mi dolor, mi pena, mi soledad; cayeron, como hojas en otoño,
su abrazo fue ese viento que ayuda a arrastrarlas y alejarlas.

Ella fue mi rayito de sol, ella pintó de luz mi día oscuro y doloroso.

Ella no es un ángel, es un ser especial; ella abrazó mi cintura y me llenó de besos.

Ella es Dayana tiene 7 años y síndrome de Down.

Ella puso en mi panza un beso otoñal.


sábado, 2 de marzo de 2013

A propósito del paro de cafeteros



Un buen café debe ser: negro como la noche, caliente como el infierno, dulce como el amor.
Anónimo (revista del café colombiano)

Quizá viviendo acá en Buenos Aires, el paro cafetero en Colombia no me “afecte”, pues la situación  crítica se vive fehacientemente allá. Siempre me gustó el café, el buen café, en casa no me dejaron tomar tinto (café americano” o chico)   hasta después de los 15 años. Cuando pude tomaba café sólo cuando sabía que era una buena preparación, lo aprendí de Grú una chica noruega que conocí y a los diez años, ella es misionera y compartimos un viaje a Bucaramanga con los King´s Kids un equipo de niños y niñas que evangelizaba por medio de canciones y coreografías; linda época, fue una linda cruzada, conocí a mucha gente que aportó a mi vida para bien, otras por las que decidí ser comunicadora social.

A Grú le gusta mucho el café, pero no cualquier café, lo primero que aprendió cuando llegó a Colombia fue a tomar una buena taza de café, es decir lo tomaba con la preparación exacta y aunque suene terrible, del tipo exportación. Cuando llegué a Buenos Aires y conseguí café de Colombia ($80 Arg) noté la diferencia, el gusto es incomparable y cambia de inmediato la apreciación del mismo. Supe que el café que tomaba en Colombia era bueno pero el que tomaba ahora era el mejor, ¡el mejor!

En Colombia producimos café de calidad, lo que requiere de una gran labor de parte de los caficultores, es un arduo trabajo que merece de tiempo y de inversión para así mismo obtener una calidad en el producto; si bien, nuestras tierras fértiles y propicias para su cultivo nos hace el país con el mejor café o por lo menos el del Huila es el mejor café de mundo según el concurso Taza de la Excelencia es promovido desde 1999 por la organización The Alliance for Coffee Excellence, en Brasil, Bolivia, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Colombia.

Bien describía Jorge Isaacs en su novela La maría, los bellos cafetales del Valle del Cauca, sus fragancias y la ardua labor de los caficultores bajo es sol, bajo la lluvia. Eran para él lugares únicos y con aromas que enamoran. Se podían hacer versos, coplas, hermosos poemas, con tan sólo pasar o ver los floridos y cargados cafetales.

Desde el año 2002 la producción de café inicio una crisis en el mundo, para esto los gobiernos de cada país productor hizo lo suyo con el fin de detener o por o menos sostener a los caficultores y así no fueran obligados a dejar sus labores de producción. A Colombia lo afectó en un porcentaje “menor” al resto de países, entre otras por la calidad y nombre de nuestro café, pero aun así los caficultores colombianos tuvieron menos apoyo y estrategias por parte del gobierno para ayudar a salir de la crisis, tanto así que miles de caficultores han tomado rumbo a las grandes ciudades y dejar el campo. (No sólo la violencia y la guerrilla o paramilitares hacen que en el país existan estos éxodos internos)

Trabajo medio tiempo en un café en Buenos Aires, la dueña es argentina y cuando empezó a buscar qué café vender, se encontró con una marca de café colombiano Full City, ella escogió el  tipo excelso; se enamoró de su aroma y su acidez, ya había probado café colombiano cuando vivió en Irlanda, así que no tuvo dudas al decidirse. En Co.Co espresso como se llama el café-restaurante, trabajamos colombianos, a Gissela (dueña del café-restaurante) le gusta nuestro trabajo y la atención que tenemos con los clientes; cosa que me llena de orgullo, porque los colombianos no somos sólo lo que muestra nuestro cine y televisión colombiana, somos luchadores, inteligentes, amables, pedimos el favor y damos las gracias, creemos en lo que soñamos y trabajamos para lograrlo; cosa que nos distingue acá en Argentina.

Todos los días sin falta, un par de clientes me pregunta “de dónde sos”, (porque aun mantengo con orgullo mi tonada colombiana) y cuando les digo “Soy de Colombia” exclaman ¡ay tan linda Colombia!, tiene unos paisajes hermosos, yo con una sonrisa lo confirmo.  Aprovecho y les cuento que el café que se han tomado es colombiano. Lo hago porque me gusta ver la cara de satisfacción que manifiestan al finalizar mi frase. Saco pecho y me siento grande (mido menos de 1.50 m).

El paro sí me afecta porque sé que el café es un producto que nos ha hecho grandes en el exterior, porque veo como los argentinos disfrutan de este producto colombiano; me afecta porque como colombiana en el fuera de mi país me mueve mi patria y el dolor de los campesinos que trabajan  de sol a sol para trae a nuestra mesa los alimentos, en este caso el café. Me afecta el paro de cafeteros porque en Argentina somos muchos colombianos, cada vez más que venimos a estudiar y a trabajar en lo que sea, aunque para pena y pesar, últimamente han venido algunos a dañar nuestro nombre, hacer daño, como es el caso del narcotraficante Henry de Jesús López Londoño, alias 'Mi Sangre', jefe de los 'Urabeños' a quién detuvieron en una provincia de Buenos Aires. Somos colombianos que queremos dejar en alto a nuestro País.

No entiendo cómo el gobierno colombiano no toma su lugar de protección a los trabajadores que aportan a económicamente a nuestro país,  no entiendo la falta de diálogos, dando como excusa que el paro está afectando la economía colombiana y claro no es para más porque nuestras “rutas” son afectadas para el transporte de alimentos al interior de Colombia.

Me afecta el paro porque no concibo el hecho que mi amiga Vannesa T. ingeniera mecánica que trabajaba en una petrolera reconocida, haya tenido que dejar su trabajo por negarse a pagar  vacuna a la guerrilla. No quería tocar este tema porque en las redes sociales se convirtió en algo cómico, pero es una dura y dolorosa realidad, mientras el gobierno se niega a hablar con los cafeteros porque sigue el paro, prefieren tener una mesa de conversaciones de paz con guerrilleros que, sí, han hecho daño a nuestra gente, además con un supuesto cese de hostilidades, pero que a la hora del café -para el caso- es una mentira, aun siguen las  agresiones hacia la población civil; claro que esto no es de ahora, si hacemos memoria, durante las negociaciones de paz con los paramilitares durante el gobierno de Uribe, estos cometieron actos atroces, incluyendo el asesinato de su líder Carlos Castaño, lo cual rechazo la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), luego de haber aprobado dichos diálogos.

Entonces por qué no se puede seguir en conversaciones y dejarnos de joder. La patria boba no se quedó en 
1810, nosotros contra nosotros y peor aún, el gobierno contra sus gobernados. Por qué no se deja el gobierno de promesas incumplidas y más bien toma acciones. Quizá el paro no le gusta al gobierno porque desean que los campesinos sigan callados sin decir nada mientras son maltratados.

Ojalá no tengamos que decir el café es rojo, como escribió Alfredo Molano en un artículo sobre el oro en Colombia. [1]








[1] http://www.elespectador.com/opinion/columna-386375-el-oro-rojo

jueves, 14 de febrero de 2013

Día de San Valentín VS mujeres “solas”


Para mis amigas: realmente todo está en la mente y en lo que queremos escuchar, no podemos permitir que ellos (amig@, madres, ti@s, herman@s-que nos aman- obviamente) nos lleven a pensar que estamos solas. También es deber seguir amándonos y reconociéndonos.


El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar.
Alejandro Dolina

Referencias

El 14 de febrero se celebra el Día de San Valentín en varios países, aunque también se celebra en otras fechas, por ejemplo en  Colombia es el tercer sábado del mes de septiembre y se le llama el día del amor y la amistad, en Bolivia es el 23 de julio y en Brasil el 12 de junio; entre otros.

El día de San Valentín es una celebración instalada en  países anglosajones, que se ha ido radicando como costumbre en otros países. La idea de esta comercial celebración es que las parejas de enamorados “expresen” su amor mutuamente.

La historia del Día de San Valentín: su origen se remonta a la época del Imperio Romano.
San Valentín era un sacerdote que hacia el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.

El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo.

Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo de la cabeza. El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista.

Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.[1]

En los últimos meses el tema de tener pareja (a los 34 años) o no, ha sido tema de desayuno, almuerzo cena y entre comidas. Se ha convertido en una muerte en vida, en conversación diaria, y más si los días no son tan lindos como espero.

Pero, hoy 14 de febrero acá en Buenos Aires, Argentina podría ser para algunas mujeres una hecatombe, el fin de los días o un ridículo despliegue de llanto y ansiedad por aquello que no se tiene; pareja, un hombre, un novio, un esposo, un algo; un compañero, un…(En parte…eso sucede por el pensamiento occidental más aun en América latina, en Colombia o en Argentina, por no nombrar el resto de países con mentalidad social estructurada en lo que a cierta edad se debe hacer y se debe vivir. Si no es así, eres juzgada, tildada, sí, “la dejó el tren”) En fin, acá comienza mi visión al respecto.

Sonará lo que escribo como un escape a lo que vivo. Realmente lo que quiero es que hagamos un pare, sí, un cortar con el drama como dice mi amiga Sandra Portela; como un pare de sufrir, no el de la Iglesia Universal del Reino de Dios, sí, un pare de sufrir en el que nos demos cuenta de lo que tenemos, somos y hacemos por nosotras mismas, es decir no es necesario tener un hombre al lado para ser felices (desde lo que para cada una sea felicidad, más aun, si creen en la felicidad) o estar completas, o sentirnos en paz.

Como escribió Salomón en Eclesiastés[2], todo tiene su tiempo. Todo tiene su tiempo, incluso la “soledad”. Es nuestro tiempo de estar “solas” de vivir lo que vivimos, de aportar a la sociedad como individuos, de amarnos a cada instante como somos: bajitas, altas, flacas, no tan flacas, etc, de conocernos realmente como funcionamos solas, de perseguir esos sueños y seguir en la lucha de lo que queremos (aunque suene cliché). Es así. Un día llegará esa persona que nos acompañe y a quien entregaremos todo ese amor que nos sale por los poros y seguiremos siendo felices, no más, no menos, simplemente felices. No es cuestión de afán, no hay apuro.

Así como hemos hablado, hablado y hablado de lo solas que nos sentimos, también he notado lo felices que somos, todo lo que compartimos, las experiencias que vivimos todos los días, lo lindas e inteligentes que somos (no somos sólo lindas) y más aun el gran corazón que tenemos para brindar amor, no sólo entre nosotras o nuestros amigos, también con los que no lo son y nos necesitan; he visto un derroche de amistad, de solidaridad, de entusiasmo. Una capacidad única para afrontar lo no tan bueno que nos pueda pasar, de ayudar al prójimo y de levantarnos cuando hemos caído.

Así que hoy 14 de febrero, Día de San Valentín no nos cortaremos las venas, ni somatizaremos, tampoco haremos show de llanto. Seremos las mismas lindas e inteligentes mujeres de todos los días, realizando nuestras normales actividades y siendo ejemplo para muchas mujeres “solas”. Si quieren pueden hacer catarsis gritando de lo fría que esta el agua en la piscina luego del bronceado, o viendo una peli, o caminando por los bosques de Palermo, o al leer un lindo libro, etc…

Si San Valentín es santo del amor yo hoy voy amar la cultura, (palabras de Angélica López).  Iré con mis amigos a Ver Chocó- espacio publicitario- una película colombiana del director Jhonny Hendrix Hinestroza, en la que muestra otro tipo de amor.
  

Pensamiento.
El amor es el mayor mandamiento, el más grande de los sentimientos, la razón de existir en el mundo. Dios nos dio el don de amar y de compartirlo con los otros, cuando hablo de otros, hablo del que lo necesita. Estoy segura que cada una de nostras y que tú (amiga y amigo que lees esto), tenemos la responsabilidad de amar. No sólo amar a un hombre, a una pareja, sí, de amar a todos sin excepción, como nos amó Dios desde siempre, hasta siempre.

¡Feliz día a todos los enamorados!


Nota:
Prometo escribir el próximo 14 de febrero o tercer sábado del mes de septiembre cuando esté enamorada.



[1] http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_San_Valent%C3%ADn
[2] Santa Biblia-Reina Valera 2009, Eclesiastés Capítulo 3.