domingo, 28 de agosto de 2016

Yo digo SÌ


Es el momento de cambio, de avance de dejar atrás los odios y de abrazar el perdón, es hoy, es ya; es esta la oportunidad que tenemos como ciudadanos de ser parte de un proceso histórico y comenzar a construir juntos el camino hacia la PAZ. 


Como colombiana tengo la responsabilidad de un ser parte de la construcción hacia la PAZ, hoy me pongo a camiseta y digo SÌ al proceso de PAZ, mañana será la responsabilidad de los negociadores que se cumplan y respeten esos acuerdos, es una responsabilidad con toda un Nación y con los organismos internacionales que velaran para que sea efectivo. Mi compromiso también será como veedor del proceso.  

Es que esto de la PAZ es asunto de todos, que nos urge y que comienza desde el respeto y nuestras acciones cotidianas, de reaccionar con justicia y honestidad. Yo los invito a ser parte del cambio, a dar ese paso juntos, que aunque da miedo es necesario por la libertad de nuestro país, si, libertad porque seguimos con un yugo de violencia, de guerras internas que nos lleva a ser presos en nuestro propio conflicto. La participación ciudadana es parte del cambio, asegura el pleno ejercicio de los derechos democráticos.

Yo digo SÌ al plebiscito, yo digo SI a la PAZ. Yo creo en el amor y el perdón, Yo soy agente de cambio. 
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miércoles, 20 de enero de 2016

Un día después de la guerra

si hay guerra 
si después de la guerra hay un día 
te tomaré en mis brazos 
un día después de la guerra 
si hay guerra 
si después de la guerra hay un día 
si después de la guerra tengo brazos 
te haré con amor el amor 
un día después de la guerra 
si hay guerra 
si después de la guerra hay un día 
si después de la guerra hay amor 
y si hay con qué hacer el amor.
Jota Mario Arbelaez

jueves, 28 de mayo de 2015

El Dios verdadero y el dios de la religiosidad

Hace un par de meses conocí a un chico que escribe para algunos medios de comunicación virtuales, escribe temas relacionados con la política, el deporte, la vida, las mujeres, etc; me gusta su redacción, y sigo algunas de sus publicaciones. Él es ateo, y yo nunca antes había tenido la oportunidad de interactuar con una persona no “creyente”, y leer sus críticas y sarcasmos sobre Dios, lo que para mí fue como una suerte de tristeza y dolor.   

Al leer algunos de sus artículos respecto al comportamiento de los cristianos, católicos, testigos de Jehová, o cualquier que sea la religión que se profese en nombre de Dios; me detuve a pensar y a analizar, qué era lo que lo llevaba a escribir o a referirse de esa manera de Dios.

Bueno, pues pude entender el porqué de ese rechazo y le tuve que dar la razón a este joven; sí, le di la razón porque el Jesús o el Dios que él conoce es el que  la religión ha impuesto, es Dios de guerras, un Dios de juicios al que la religión por miles de años usa de excusa para lograr sus objetivos, cualquiera que estos sean. Al que los fariseos e hipócritas evocan para castigar, juzgar  y “disciplinar”. Un Dios malo y castigador, un Dios de ignorantes que crean sectas para su propia satisfacción lucrándose con el dolor ajeno. Un Dios que rechaza y ultraja a las mujeres.

La religión ha causado mucho dolor en el mundo, aún podemos ver cómo países se enfrentan por causa de ésta, la religión ha debilitado Estados, Naciones; hogares se han disuelto y vidas se han destruido.

El Dios que conocí desde niña, es un Dios de amor, de paz, de solidaridad; un Dios perdonador y que da vida.  El Dios en el que creo y al que le creo, es un Dios que compartió con los leprosos, con las viudas, con los más pecadores y nunca los juzgó.  Jesús vino a este mundo para servir (Mateo 20:28). El Dios que conozco nos dejó por legado que nos amaramos los unos a otros (1 de Juan 4:7), nos invitó  a la unidad,  al perdón (Mateo 18: 21,22) a cumplir con nuestros deberes  (Marcos 12:17) así como ejercemos nuestros derechos.

Al pensar en la religiosidad, recordé que hace unos años una iglesia se dividió por problemas legales, a raíz de esto surgieron algunos problemas entre los feligreses. Por algunos años no volvieron a dirigirse la palabra, ni se miraban, muchos vivían en el mismo barrio y compartían los mismo espacios públicos pero su comportamiento era como enemigos. Fue muy triste verlos así y recordar que entre todos ayudaron a la construcción del templo, que durante muchos años compartieron la misma cena, cantaron a Dios juntos los mismos coros y oraron los unos por los otros. La religiosidad no los dejó comprender que el verdadero evangelio nos enseña a mirar a Dios y no al hombre, a perdonar Setenta Veces Siete y a ayudar al que está caído.  

Antes de hablar en nombre de un Dios y decir que le amamos, que le creemos y que obedecemos, es necesario hacer una evaluación interna y verificar paso por paso y preguntarnos por ejemplo:
¿Somos buenos ciudadanos?, ¿cómo nos comportamos con nuestros familiares en casa, con nuestros compañeros en el trabajo, en la universidad o en la calle?, ¿Somos compasivos?; ¿respetamos las leyes? 

Ser cristiano no significa ser perfectos porque somos humanos y cometemos errores, fallamos diariamente, caemos y nos debilitamos; pero sí debemos esforzarnos más por ser buenas personas en todo lugar y momento.

No podemos estar peleando entre nosotros y olvidar que hay mucha gente que necesita de nuestra ayuda y de nuestras oraciones. El mundo está lleno de maldad, de violencia, de dolor, y el pueblo cristiano sigue pensando en pequeñeces existiendo tanto porque orar.  

Decimos que anhelamos la paz, pues bueno, está en nuestras manos: católicos, protestantes, judíos, musulmanes, adventistas, testigos de Jehová, etc; está en nuestras manos que se consiga la paz. Tan fácil como respetarnos, orar los unos por otros, ayudarnos, perdonarnos y unirnos en un mismo clamor a Dios.

Soy cristiana, no religiosa, amo a Dios por sobre todas las cosas y eso significa amar a mi prójimo como a mí misma; creo en el amor y en el perdón. Creo que la paz sí se puede lograr desde que exista una revolución interna que se extienda como un virus, creo que todos somos llamados a realizar cambios, a abrazar, a ser compasivos y a dejar de lado el odio y el rencor.

No soy perfecta, soy humana, pero trato de mejorar cada día desde lo más simple, cometo errores pero los corrijo y sé que Dios me ha dado de su gracia y de su perdón.

¿Y usted está dispuesto a ser un verdadero hijo de Dios o a seguir alimentando el sentimiento y la idea que tienen los ateos?


Soy Sofía Rodríguez y creo en el amor y el perdón.



viernes, 24 de abril de 2015

Mi poema de abril

Picoteando la cáscara
De algún viejo recuerdo
Con la lluvia de abril
Nacerá mi poema
Le pondré mil colores
Los más puros y claros
Una música tenue
Y un perfume de nardos.

Como una luciérnaga
Brillará titilando
Y subirá por los aires
Escapando de mi alma
Se estirarán mis manos
Sin poder alcanzarlo,
Se quedarán mis labios
Como siempre rogando:

Que una estrella lo guíe
Que lo lleve a tu lado,
Pues si tú lo encontraras,
Si llegas a escucharlo
Mi poema de abril

Quizá viva hasta mayo.

Por Ramón de Almagro

martes, 7 de abril de 2015

Cultura y Arte por la Paz

En Bogotá se lleva a cabo la primera Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz de Colombia, entre el 6 y el 12 de abril. Este evento es organizado por el movimiento cultural Artistas por la Paz, la Alcaldía Mayor de Bogotá, en cabeza del Instituto Distrital de las Artes de Bogotá, entidad adscrita a la Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte, y la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación.

Cómo me gustaría ver en esa cumbre a líderes que desde hace más de diez años han apostado a la Paz por medio del Arte y la cultura.

Convoco a Carlos Suarez a la #ComunidaddeSantaRosa a #LaAldeaComunicaciones, a Mauricio Martínez, Ivan Morales, Alexandra Bejarano, Diego Loaiza, Malu, David, Johana Marín, a Natacha; por supuesto a Jim, Dalila y al General Larvencio entre otros.

La comunidad de Santa Rosa está ubicada  en la localidad de San Cristóbal al Sur Oriente de Bogotá, en ella conviven  desmovilizados del ELN, la Farc, ex paramilitares y desplazados por la violencia. Algunos de ellos dejaron las armas motivados por el Decreto 128, emitido por la Presidencia de la República en el 2003, en cuanto a la reincorporación de la vida civil. 

La comunidad inicia un proceso de reconciliación y de reconocimiento con los vecinos ya asentados anteriormente, en el que se vive claramente una integración en la que entró en juego el perdón, la aceptación del otro interactuando por medio del Arte y la Cultura, música, danza, vídeos, la olla comunitaria, entre otros. En el 2008 junto con La Aldea Comunicaciones realizaron un documental llamado “Santa Rosa Reparando corazones” en la participación es unánime y activa.

En cuanto a La Aldea Comunicaciones, es un colectivo de jóvenes profesionales de las Ciencias Sociales, que desarrolla proyectos de comunicación para el desarrollo desde el 2007. Jóvenes que tienen claro que la Paz se logra con acuerdos reales, con hechos, con trabajo y actividades que  no dejen olvidar el pasado para rehacer el futuro.

Convoco a una Paz por medio de la Cultura y el Arte, una paz con diálogos justos y no unos “diálogos de paz” con intereses personales, con incremento del engaño. Una Paz participativa, en la que los actores del conflicto busquen herramientas de reconstrucción, de interés por el Otro en pro del registro mutuo y como resultado una sociedad que viva en colectividad y cooperación. 




Yo sigo apuntando por el Amor y el perdón, a la Cultura y el Arte para una Paz verdadera.



jueves, 2 de abril de 2015

Un corte


Dicen que una mujer que se corta el pelo, está por cambiar su vida.
                                                                                                     (Frase película Coco antes de Chanel)

Hace casi cuatro años hice un corte en mi vida, no un corte de cabello precisamente aunque también hubiese sido buena idea. Hice un corte sentimental que no sólo cambió mi vida, también cambió la de él.
La decisión
Para muchas personas que nos conocían como pareja y para nuestras familias era una locura mi decisión, pero nadie mejor que nosotros para saber que fue la más sensata.
Las personas solemos creer que hay un principio de pertenencia sobre el otro, luego interviene una suerte de egoísmo que a su vez llama  a la inseguridad y al malestar espiritual.
Lo anterior me pasó, un día dejé de creer en mí y me apoderé de la vida de él, dejé de ser y me envolví en un mundo que sólo estaba en mi imaginación, sin importar que la vida nos dijera que no era así como nuestro amor debía florecer; hasta que un día lo entendimos.
El proceso
No voy a decir que fue fácil o que no sufrí, o que no lloré; por el contrario fue tan duro y tan doloroso que en un momento pensé que no iba a levantarme de la tristeza.
Fueron días en que no pensaba más que en mi dolor, en mi angustia, en todo lo que no fue y lo que pudo ser, días que fueron pasando y así mi vida pasaba sin ninguna gracia.
Son muchas las historias que se pueden relatar de aquella fecha, aunque como ya pasaron es mejor relatar los que vinieron y los que vendrán.
El cambio
Definitivamente el cambio está en el querer y en el hacer, no se puede pretender que la situación tenga un giro milagroso, sin antes querer que eso suceda e iniciar  una nueva empresa y trabajar a diario.
Abrí mi mente y mi corazón a todo lo bello que me rodeaba, salí de un mundo imaginario a un mundo lleno de realidades en los que yo estaba llamada a ser parte, a servir, llamada para actuar, pertenecer, descubrir; trabajar, sembrar.
Comencé a crear un reconocimiento de mi misma, de lo que me gusta, de lo que no, de mis capacidades y defectos, inicié un romance conmigo, un amor por mí. Pude  ver mi relación personal con los demás y mi vida espiritual.
Durante todo el proceso de duelo y en el cambio, recibí, sí, recibí (sé de mujeres que no lo quieren recibir) todo el apoyo y las oraciones de mi familia, la fidelidad y amor de mis amigas (fundamental para seguir). Es tan importante recibir con gratitud, es un plus para emprender el cambio.
Dejé de pensar en lo que no fue e inicié un nuevo espacio en mi vida. Cesaron las quejas y las culpas, el dolor fue cambiando y yo fui creciendo.
Aunque también cometí errores durante el proceso y durante el cambio, y por éstos pido perdón a las valiosas personas que se vieron afectadas.
Realidad      
Hablar de una amistad en una ex pareja puede ser una utopía, sólo que en mi caso fueron muchos años juntos y un gran acontecimiento, que deja a un lado algún rencor entre nosotros, más bien, todas esas vivencias permitieron que hoy logremos un acercamiento profesional, de respeto, con un verdadero amor, ese que la vida nos dijo siempre que debíamos vivir, un amor philla, que según los griegos se manifiesta en un amor fraternal.
Cuando se crece en lo espiritual se puede entender el para qué de las cosas que suceden, esas que en su momento creímos que eran malas, que quizá sí, o quizá no.
Hoy
Hoy tengo mi corazón sano, abierto y listo para amar y obtuve un cambio. Hoy él se casó con una virtuosa y hermosa mujer, tiene un bello hogar y obtuvo un cambio. 
Amor y perdón es la clave en nuestra sociedad y en cualquier entidad de la misma.



  Soy Sofía Rodríguez, soy un agente de cambio, creo en el amor y en el perdón, en que la vida es sagrada y en que los jóvenes y las mujeres tenemos que ser parte del cambio en nuestra sociedad.

lunes, 9 de febrero de 2015

La casa

La  basura


No vamos a tener una sociedad si destruimos el medio ambiente. (Margaret Mead)

Me pregunto si usted tira basura en el piso de su casa, o si por el contrario los levanta para que cada día esté más bella y limpia. 

Recuerdo a unos chicos en Bogotá que detuvieron su auto en una calle principal sólo para dejar en el piso unos envases de comida, es decir basura. De inmediato me invadió un sentimiento de rechazo que despertó una alarma y corrí antes que pusieran de nuevo el auto en marcha y les devolví los envases que se les había “caído al piso”.

Casos como el anterior los veo cada día y muchas veces siento una impotencia y los imagino haciendo lo mismo en sus casas o lugares de trabajo.

El barrio, la ciudad, el pueblo; el lugar que visita, donde vive, es su casa, es mi casa y es la casa del otro, es un lugar público que compartimos; no por eso podemos dejar la basura en cualquier lugar o tirarla al piso, -total no es de nadie- sin entender que es  el lugar de todos.

La basura que genera una persona es  privada, si esa basura la dejamos en la calle la hacemos pública, lo que nos lleva a un conflicto entre lo público y lo privado; desde ese contexto hay una verdad lógica: mi basura (privado), no pertenece a mi vecino (pública), así cada uno se hace cargo de esa su basura, dando un primer paso para una responsabilidad social, que siempre empieza desde el individuo.

La clave del tema de la basura, y de todo lo que tenga que ver con la convivencia en mi casa, está en 
ver al otro, como otro, con respeto,  y como miembro de esta gran casa.