Sólo bastó una mirada, para creer de nuevo en la humanidad,
en su belleza y sinceridad.
Una sonrisa se agitaba en su cara, sus ojos rasgados y puros
vieron con amor a los míos;
ella tocó mi panza- ¿sabía que me dolía?- ella abrazó mi
cintura y me llenó de besos.
Fue el abrazo perfecto, sincero, llenitico de amor; fue el
abrazo.
Mi dolor, mi pena, mi soledad; cayeron, como hojas en otoño,
su abrazo fue ese viento que ayuda a arrastrarlas y
alejarlas.
Ella fue mi rayito de sol, ella pintó de luz mi día oscuro y
doloroso.
Ella no es un ángel, es un ser especial; ella abrazó mi
cintura y me llenó de besos.
Ella es Dayana tiene 7 años y síndrome de Down.
Ella puso en mi panza un beso otoñal.
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